En pocas palabras: más cantidad pero la misma, o menos, calidad. La situación de la mujer en el mercado laboral continúa preocupando en Bruselas. Las cifras dan un respiro en el aspecto cuantitativo: la tasa de empleo femenino ha progresado todos los años hasta situarse en el 57,2% en 2006, 3,5 puntos por encima de las cifras de 2000, y muy cerca del 60% del objetivo de la Agenda de Lisboa, mientras que en el mismo periodo la tasa de empleo masculino creció sólo un punto. Sin embargo, según recoge la Comisión en su informe sobre la materia de este año, la diferencia de sueldos entre géneros permanece estancada desde 2003 en un 15% y sólo se ha reducido un punto desde 2000.

Por esta razón, el Parlamento Europeo pide reforzar la legislación europea en materia de igualdad de oportunidades, imponiendo a los empresarios la obligación de realizar auditorías sobre los salarios y desarrollar planes de acción capaces de acabar con las diferencias en las nóminas.

Situación desfavorable

En un informe aprobado ayer por el pleno, los diputados manifiestan “su preocupación por la desfavorable situación de las mujeres en el mercado laboral, que las lleva a acumular menos derechos individuales a pensión y otros beneficios sociales”, especialmente en los regímenes donde están vinculados con las contribuciones.

La Eurocámara apuesta por combinar los gestos simbólicos, como declarar el 22 de febrero Día Internacional de la Igualdad Salarial, con otras medidas. “Solicitamos a la Comisión Europea y a los Estados Miembros, en colaboración con los interlocutores sociales, que impulsen nuevas estrategias para mejorar la situación así como reforzar la legislación europea aplicable de forma concertada”, indica a LA GACETA Iratxe García, la eurodiputada socialista responsable del informe de Igualdad de este año. En su opinión, esta intervención legislativa de Bruselas en el ámbito empresarial está justificada, ya que “no podemos dejar de actuar confiando exclusivamente en la buena voluntad de algunos”.

Los diputados, además, también solicitan a los países miembros medidas específicas para corregir la desigualdad que se da por la interrupción de la actividad laboral a causa del permiso para ocuparse de personas dependientes, como en el caso de España, o en la reincorporación tras el permiso de maternidad.

Segregación laboral

Precisamente, el músculo privado no ha sudado mucho al mejorar la situación de 250 millones de europeas. La presencia de las mujeres en puestos de dirección se ha estancado en un 33%; la tasa de empleo de mujeres con hijos pequeños a cargo ha caído más de un 13% hasta el 62%, mientras que la de los hombres en la misma situación creció hasta el 91,4%. Asimismo, más de las tres cuartas partes de los trabajadores a tiempo parcial son mujeres y el paro de larga duración sigue siendo mucho más frecuente entre las mujeres (4,5 %) que entre los hombres (3,5 %).

Más aún, en determinados sectores, como la educación, se observa una “segregación laboral” con las mujeres poblando la educación primaria, frente a una educación secundaria y superior dominada por los hombres, mejor retribuida y con más prestigio.